Llegamos un Lunes 18 Enero 2017, a primera hora del dia, y con tres grados bajo cero (muuuuuucho frio), y por supuesto nadie por las calles y mucho menos en la Cité , nos alojamos en uno de los prácticos y cómodos apartamentos del aparthotel, situado justamente debajo de la imresionante ciudad amurallada
Medio muert@s después de más de 3 horas de coche desde Barcelona, y del madrugon realizando, con frio espectacular.
Nos dirigimos a pesar del frio a visitar La Cité de Carcassonne, la antigua ciudadela fortificada y reconstruida en el siglo XIX por el controvertido Violet-le-Duc. Casi toda la gente que conozco me había advertido de las hordas de turistas, de la marea humana que a penas te deja disfrutar de las callejuelas de una de las construcciones medievales más impresionantes que he visto en la vida, perderte por sus rincones… Me habían dicho que era como las Ramblas pero en Francia y en medieval… pues bien, hacía tantísimo frío que ¡no había casi nadie! Íbamos abrigadísim@s y disfrutamos con la impresionante fortificación.
Nada más cruzar la Porte Narbonnaise (la más habitual para entrar, ya que está justo al lado del parquing), a mano derecha, está la Oficina de Información Turística, donde puedes solicitar, un plano estupendo del recinto de La Cité.
Nos dejamos llevar por sus calles empedradas, sus edificios con siglos de historia en cada piedra y por rincones encantadores a la vuelta de cada esquina. Quizá porque no era temporada turística, muchas de las tiendas de souvenirs (Casi todas) estaban cerradas… pero casi que mejor, porque el nivel de horterada era similar al de tantos otros lugares…
… para acabar en el Chateau Comtal. Previo pago de una entrada de 9,00 €, tuvimos acceso libre a todas las salas del palacio, a una exposición bastante completa de capiteles y demás objetos de piedra góticos y a la joya de la corona: las murallas. El paso por pasarelas de madera y piedra, entre torres, ofrece algunas de las vistas más espectaculares de la ciudad vieja y de la nueva, que se extiende junto al río, fuera del recinto medieval. Aunque prescindible si queréis ahorrar, la visita vale la pena.
La siguiente parada (atención, que cierran al mediodía) fue la Basílica de Saint Lazare y Saint Celse. Un prodigio de la arquitectura gótica reconstruido con maestría (no exenta de polémica) por el mismo Violet-le-Duc, que devolvió Carcassonne a su gloria pasada y la recuperó para que hoy la podamos conocer. Sus vidrieras son dignas de atención.
Y algunas de las gárgolas de su exterior, de lo más sorprendente
Seguimos paseando y maravillándonos por la tranquilidad de Carcassonne en enero, degustandola como si fuéramos unas lugareñas y tomándonos nuestro tiempo.
Una vez escudriñado hasta el último rincón del núcleo de la Cité, otro de los platos fuertes: pasear por la muralla exterior. Dimos la vuelta entera a todo el recinto. Nos llevó un rato, pero nos permitió ver la ciudad desde otra perspectiva, conocer los sistemas defensivos de que disponía y alejarnos aún más de la poca gente que había.
Y es una de las mejores maneras de descubrir una puerta menos masificada,
Después de una visita tan completa, bajamos tranquilamente, deshicimos nuestros pasos, nos perdimos por el entramado de la Carcassonne moderna que se extiende a los pies de la fortaleza y llegamos hasta el Puente Viejo, desde el que las vistas de la ciudadela en todo su esplendor
Volvimos por la noche, para hacer fotos de las murallas iluminadas… pero eso es otra historia.
Como comentaba al principio del artículo, nosotr@s nos alojamos en los apartamentos:
Adonis Carcassonne *** Résidence la Barbacane
Entrada apartamento.
Apartamento cuatro personas (1 cama marimonio y sofa cama)
Vistas desde el apartamento
– En coche: Desde Barcelona, tomar la AP7 hasta Francia; seguir las indicaciones hasta Narbonne y, una vez allí, desviarnos en dirección a Toulouse. Carcassonne está a medio camino y muy bien señalizada.
En peaje desde Barcelona a la Jonquera unos 12,95 Euros + desde Perpigñan hasta Carcassonne nos 13,26 Euros.